viernes, 24 de mayo de 2024

Ejercicios con San Agustin (ECSA) MÉTODO

MÉTODO

1. Empatía con Agustín: Terminada la explicación de las prácticas y elegido el lugar de trabajo: habitación, capilla, naturaleza, etc, se procede a hacer la lectura privada y reposada, intentando empatizar con Agustín hasta descubrir en ti mismo el Agustín que llevas dentro.

Escuchada primero la proclamación pública del texto, léelo en privado y reposadamente después, e intenta vivirlo con Agustín hasta descubrir en ti el Agustín que llevas dentro, caer en la cuenta de que a ti también te pasa lo mismo.

2. Empatía con Dios: Tiempo largo en silencio y oración para hablar con Dios y, como Agustín, dejar que fluya nuestra vida, también con sus "miserias", delante de Dios; pero sobre todo, con y como Agustín, descubrir y "confesar sus misericordias", que de eso se trata en las Confesiones; no de confesar pecados.

Cómo Agustín, mírate a ti mismo desde los ojos mismos de Dios y ábrete a tu verdad plena. Inicia la gran aventura de hablar con Dios y de escucharle.

3. Escribir tus propias confesiones: Como Agustín, contarle a Dios por escrito, hechos de tu vida similares a los que Agustín cuenta en el texto que has leído; lo que recuerdes haber escuchado de Dios en el punto 2, que sin duda será mucho más importante que lo contado por ti en el punto 1, y escribir ese diálogo o conversación, en estilo narrativo en primera persona de singular, en forma de diálogo con Dios.

Hablando con Dios, en forma narrativa, en primera persona de singular, sin teorizar, ni moralizar, simplemente describiendo, contando lo que hay: por fuera acciones, y por dentro recuerdos analizados delante de Dios: sobre todo contando el punto de vista "escuchado" de Dios.

4. Poner en común: leyendo lo que juzgues prudente leer en público, de lo descubierto, vivido y escrito por ti, como lo hizo Agustín: "Quiero vivir con mis amigos, para juntos buscar la verdad; así quien primero la encuentre se la comunica a los otros...".


TEMAS

La decisión de enfocar la reflexión en estas siete prácticas o ejercicios tiene relación con el referente bíblico que Agustín adopta en el amplio cuadro teológico de su pensamiento sobre la vida cristiana, particularmente, en su meditación sobre los siete días del Génesis (libro XIII). Los ejercicios son: memoria, dispersion, interioritas, ordo amoris, magister, cor unum y peregrinatio. El título en latín es un detalle que tiene su origen en la tradición antigua y cada uno de ellos con un tema clave en la experiencia de las Confesiones.

1.- Memoria. Recordar para conocerse, recobrar el tiempo vivido, los acontecimientos y su significado. Para ascender hay que hacer una reflexión de vida donde se descubre su identidad, su historia y su camino hacia Dios.

2.- Dispersio. Como nuestra voluntad está dividida, hay que cambiar mediante una voluntad total y unificada en la aceptación de Dios.

3.- Interioritas. Es el diálogo que busca conocer a Dios mediante el ejercicio sostenido de una atención contemplativa.

4.- Ordo amoris. Consiste en aprender a amar y establecer un sistema de relaciones y valores en el que Dios es el centro de gravedad.

5.- Magíster. Un imperativo para llegar al fin es la aceptación del mensaje que Jesús, Maestro verdadero, enseña de palabra y de obra.

6.- Cor unum, en el seno de la comunidad. Un paso importante hacía la madurez espiritual es establecer el amor ordenado en Dios que encuentra su plenitud en la unidad con Cristo dentro de la comunidad eclesial y monástica

7.- Peregrinatio. La persona asciende a Dios, no a pie o atravesando distancias físicas, sino a través de un peregrinaje de afectos, de obras y de fe.


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