Ser conscientes es el puente que nos permite resolver nuestros conflictos internos por medio del autoconocimiento.
Deviene de forma natural cuando nos volvemos a nuestra esencia y conectamos con ella. Entonces disponemos de todo lo que necesitamos para sentirnos completos, para amar.
Somos capaces de elegir nuestros pensamientos, actitudes y comportamientos; dejarnos de perturbarnos haciendo interpretaciones de la realidad más sabias, neutras y objetivas.
Conseguimos ver el aprendizaje de todo cuanto nos sucede y experimentamos una profunda alegría y gratitud por estar vivos.
Confiamos en nosotros mismos y en la vida. Podemos observarla desde la perspectiva en la que ayudar a los demás nos satisfaga a nosotros mismos. Y dejamos de desperdiciar los dones que Dios nos otorga.
(Necesidades humanas y felicidad evangélica, l- Bonifacio F y Consuelo J en VR 1/2023.vol134)
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