sábado, 13 de octubre de 2012

LAS VOCES DEL DESIERTO

La protagonista de la novela se pregunta: 

¿Qué voy a hacer con la información que estoy recibiendo cuando termine este viaje?
...había soñado con el estilo civilizado de mi vida tan ajeno al suyo...
"Llegué así a comprender que habría ciertas tormentas en mi vida, que dejaría de lado personas y cosas en las que había invertido mucho tiempo y energía, pero entonces sabría lo que era sentirse un ser equilibrado y tranquilo y podría evocar esa emoción en cualquier momento en que la necesitara o deseara. Aprendí que podía vivir más de una vida y que había tenido ya la experiencia de una puerta que se cerraba. Aprendí que había llegado un momento en que ya no podía seguir con las mismas personas, lugares, valores y creencias que antes tenía. Para que mi alma madurara, había cerrado suavemente una puerta y entrado en un lugar nuevo, en una vida nueva que equivalía a un escalón espiritual más alto. Y lo que era más importante, no tenía que hacer nada con la información. Si sencillamente me limitaba a llevar a la práctica los principios que yo consideraba verdaderos, llegaría a influir en las vidas de quienes estuviera destinada a influir. Las puertas se abrirían. Después de todo no era mi mensaje; yo sólo era la mensajera.
(Las voces del desierto Marlo Morgan 17ed.)