
Cuando ya nadie te escribe; cuando nadie se acuerda de ti o se pregunta qué estás haciendo; cuando te limitas a ser uno cualquiera de los hermanos, haciendo las mismas cosas que hacen ellos, ni mejor ni peor; cuando has sido olvidado por la gente, puede que entonces tu corazón y tu mente estén ya lo suficientemente vacíos como para darle a Dios una oportunidad real de hacerte sentir su presencia.” (Henry Nouwen)
No hay comentarios:
Publicar un comentario