jueves, 24 de febrero de 2011

EL ENIGMA DEL YO

El libro nos enseña que muchas de nuestras reacciones, así como muchos de nuestros pensamientos son debidos a acontecimientos, frases, actitudes que se han tenido con nosotros en nuestra infancia.
De ahí, que podemos tener como un observador interior que nos ayude a interpretar muchas de nuestras reacciones.
Tenemos en la vida ser "Actores" y no "reactores". Recordemos: ¿quién conduce nuestro autobús, el niño que fuimos o el adulto que somos?
Recordemos también el ejemplo de aquel taxista que enseñó a su pasajero este pensamiento: "No somos basureros". Un cliente le reaccionó con insultos cuando fue a pagar, pero el taxista siguió amable y simpático con él, sin perder los nervios. - ¿Cómo se deja insultar así?, le preguntó el señor que esperaba su momento de poder ocupar el taxi. - ¿Por qué he de reaccionar a sus enfados?, le dijo el taxista,  - no es más que un pobre hombre que se siente desgraciado, pero yo no soy su cubo de basura, no me llevo sus improperios, soy yo quien  quiere ser amable con todos mis pasajeros, pero no soy su contenedor de basura, no recojo la suciedad que quiere echarme encima.

Saquemos la aplicación para nuestra vida. "No recojamos la basura de los otros".

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