jueves, 26 de abril de 2012

VIVIR LA CONVERSIÓN COMO VIDA

Convertir es un verbo de dominio, de acción transformadora sobre las cosas. "Convertir-se" es un verbo de regalo, de donación, de vida humana transformándose en su propio núcleo. Convertirse es entrar en la caja de caudales de nuestros tesoros (valores por los que vivimos), vaciarla de lo que no es valor, sino su máscara, y abrirla a Quien se dice, y es, la Vida, valor absoluto. En definitiva es atreverse a morir por atreverse a vivir. El amor, que es la vida eterna (Jn 17,3), la que no puede morir, se va abriendo paso entre aquellas "muertes" que acaban, como la de Jesús, siendo "gloriosas". La conversión se identifica así con nuestro presente proceso pascual. (La alegría de la conversión- Ignacio Iglesias sj)

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