miércoles, 13 de marzo de 2013

Reflexión de Cuaresma


“Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos  vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo”.
 Si mantenemos la conciencia que nos permite invocar a Dios como Padre, será difícil que perezcamos en el ensimismamiento negativo o en la deformación narcisista que destruye, pues irrumpirá en nosotros la experiencia del amor, del perdón y la necesidad de corresponder a la gracia.
 No tengamos mayor referencia que la que nos ofrece Dios. Él es el único Señor. Las mediaciones de este mundo, por importantes que sean, no pueden eclipsar a quien se ha convertido, por los méritos de su Cruz, en nuestro Maestro, Padre, Señor, Amigo. Solo desde Él y a través de Él caben todas las relaciones.
 Cuando se acierta a ordenar todo de acuerdo con el querer divino, y a no sustituir a Dios por ninguna otra criatura, se instala en el corazón la armonía, que inunda la conciencia, y se gusta lo sabroso de la paz interior.
Puntos de reflexión
 ¿Te acoges al ofrecimiento de la misericordia?
¿Eres consciente de que sólo Dios es Dios y no hay ninguno más?
¿Tienes a Jesucristo como único Señor?
(Ángel Moreno de Buenafuente)

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