Cuando buscamos a Dios la lectura se convierte en compañía y encuentro, pues es Dios el que nos lee a nosotros. En este blog podemos encontrar esas palabras que nacen en los momentos de lectura silenciosa, a veces convertidas en imágenes que expresan mucho mejor que las palabras, lo que entendemos en el corazón.
martes, 1 de mayo de 2012
La alegría de la conversión
La gran fuerza autodestructora del ser humano, su egoísmo (su idolatría), es la fuerza más profundamente degradante de la sociedad humana como tal. Sólo el amor podrá regenerar a ambos, individuo y sociedad. Descomprimir de nuestros egoísmos toda nuestra capacidad de amar y ponerla en ejercicio y en servicio permanente es nuestra mayor responsabilidad personal a la hora de colaborar con Dios -que no es ni puede ser otra cosa que Amor (1Jn 4,8.16)- en transformar, uno por uno, el corazón humano y erradicar lo inauténtico que sale de él (Mt 15, 18-20). (Ignacio Iglesias s.j.)
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