Cuando buscamos a Dios la lectura se convierte en compañía y encuentro, pues es Dios el que nos lee a nosotros. En este blog podemos encontrar esas palabras que nacen en los momentos de lectura silenciosa, a veces convertidas en imágenes que expresan mucho mejor que las palabras, lo que entendemos en el corazón.
domingo, 18 de mayo de 2014
Es posible que la fatiga del peregrino sea muy grande
Más posible todavía es que no se sienta comprendido
o aceptado, o no halle paz en sus tiempos y en tantos lugares... Sin embargo Dios llama y la voz interior no calla. Entendámonos bien: Dios no llama a este lugar en especial (cualquiera sea), llama a "seguir". El Señor nos llama a seguirlo, a Él. Porque tal cosa comporta nuestra vida y las variaciones pueden ser infinitas.
No nos extrañemos de las escasas coincidencias entre las cosas que suponíamos necesariamente juntas o de acuerdo con no sé cuáles principios. El Señor nos convoca por vías insospechadas y despierta sentidos escondidos en nuestro corazón.
No es el hombre juguete caprichoso de nadie. Ni siquiera de quienes se tienen por poseedores de cetros y de reglamentos favorables aún en los campos "religiosos"...
La "voz" de Dios necesita de silencio y de respeto para ser percibida; y nunca de atropellos del color que sean.
Es preciso, pues, continuar a pesar de todo, por un camino siempre inédito, de algún modo siempre nuevo, que se labra con nuestros pasos, en confianza y en paz.
Alberto E. Justo de camino, sin detenernos...
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