jueves, 11 de julio de 2013

La condición humana (Thomas Keating)

La oración centrante, libro básico: "La Nube del No Saber"

Objetivo: ayudarnos a lograr un proceso de transformación espiritual: deificación.

Esta es la condición humana: estar sin la fuente verdadera de la felicidad, que es la experiencia de la presencia de Dios. (pecado original).

La travesía espiritual: Es más que un proceso psicológico hacia nuestro inconsciente, es obra de la gracia. Implica, la purificación del inconsciente para dejar ir el falso yo, y nos lleva a la humildad.

Inconsciente: las experiencias dolorosas de la niñez reprimidas en el inconsciente, desarrollamos las carencias mediante el mecanismo de la compensación. Desarrollamos un falso yo, nuestros impulsos aumentan en proporción a las privaciones de la necesidad sentida en nuestra niñez temprana. Enfrentarnos, demantelarnos, modelarnos... mediante la razón (la virtud).

"Arrepentirnos", integrar las necesidades biológicas a un nivel racional de conciencia, puerta  para niveles de consciencia más elevados: intuitivo y unitivo. Estos, nos abren a la presencia de Dios y tomamos posesión de todo lo bueno. El designio de Dios es que la consciencia espiritual llegue a ser nuestro estado de conciencia normal. Podemos convertirnos a los valores del Evangelio de Jesucristo mientras que nuestras actitudes básicas permanecen intactas. Ejemplo: si para ti una señal de valía es poseer mayor resistencia a emborracharse que tus amigos e ingresas en un monasterio y en tu nuevo camino, tu valía consiste en tener más capacidad de ayunar que los otros monjes, entonces ¿qué habrá cambiado?
La conversión se dirige al corazón del problema, a través de una práctica que nos abra al inconsciente. Se necesita consentir, valor y perseverancia. No surge el inconsciente a voluntad...sino gradualmente, con la práctica de la oración contemplativa.

Con la práctica de la oración contemplativa surge el inconsciente, pero también surgen los talentos naturales, los frutos del espíritu, los siete dones del Espíritu y la Inhabitación Trinitaria. El inconsciente es sumamente poderoso hasta el momento en que la luz divina del Espíritu Santo penetra en sus profundidades y revela su dinámica. El sistema nervioso psíquico puede estallar en emociones primitivas o recuerdos intolerables. Es aquí donde la gran enseñanza de las noches oscuras de san  Juan de la Cruz coincide con la psicología profunda, sólo que el trabajo del Espíritu Santo es mucho más profundo. En vez de tratar de librarnos de lo que interfiere con nuestra vida ordinaria, el Espíritu nos llama a transformar nuestro ser íntimo y, en efecto, todas nuestras facultades, a la manera de ser y actuar.

Nos convertimos en Palabra de Dios: al escuchar las Sagradas Escrituras en presencia del Espíritu, la palabra de Dios escuchada fuera de nosotros, está llamada a despertar la presencia de la palabra de Dios dentro de nosotros. Es nuestro quinto Evangelio. Nos transformamos en amor incondicional.

Etapas a grandes rasgos en la trayectoria espiritual con nuestro terapeuta divino:
- Primavera de la conversión: Permitir que el Espíritu Santo nos conduzca a la verdad sobre nosotros mismos. La oración facilita... gran energía para emprender la práctica de la abnegación, de diversas formas de oración, del ministerio y de otros servicios de tipo social. Experimentamos cierta libertad y satisfacción en nuestros esfuerzos.

- Dios permite un nuevo nivel de conocimiento: Retira los consuelos. Nos hundimos en la oscuridad, aridez espiritual y confusión. Dios se muda a nuestra planta baja, y ahí nos espera. Noche oscura, nos fallan los consuelos, incluyendo los ritos y las prácticas que anteriormente apoyaron nuestra fe.

- Llega un periodo de paz. Disfrute de una libertad interior nueva, nuevos conocimientos. Esto toma tiempo. Convertirnos en el quinto evangelio, ser Palabra de Dios en nosotros.

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