RELACION DE LAS EMOCIONES CON EL CUERPO_ (Amma Teodora)
Amma Teodora nos enseña cómo repercute la constitución corporal en la vida espiritual y que el camino para transformar las emociones no es la lucha, sino la vigilancia.
Si estoy alerta para observar mis emociones y reacciones corporales, pueden entonces diluirse, perder su poder sobre mí.
EL AUTOCONOCIMIENTO COMO CAMINO HACIA DIOS_ (Teresa de Jesús)
Para Sta. Teresa de Jesús, el autoconocimiento no significa estar continuamente dando vueltas a nuestras flaquezas y pensar que podemos combatirlas todas con éxito. La transformación de las emociones sucede más bien contemplando a Dios, que nos acoge incondicionalmente. Si yo considero mis emociones, pero tengo ánimo para ponerme en marcha por el camino que conduce a Dios, llevando en ese camino mis pasiones, entonces algunas de esas emociones se van transformando.
AMISTAD Y CONVERSACIÓN_(Teresa de Jesús)
A Santa Teresa le sirve la amistad con personas que han alcanzado una libertad interior y la conversación con alguien "que no se hace ya planteamientos ilusorios respecto a las cosas del mundo, porque es de gran provecho tener conversación con quien las comprende en profundidad, para comprendernos nosotros".
LA HUMILDAD: EL AMOR DE DIOS LIMPIA_ (Teresita de Lisieux)
En santa Teresa de Lisieux encuentro otra referencia para gobernar las emociones. Era muy sensible y susceptible. El trato con las compañeras le hizo sentir, a menudo muy dolorosamente su hipersensibilidad. Continuamente se sentía vejada y puesta en ridículo por las otras. Conoció por propia experiencia el talante depresivo, los sentimientos de enfado y de ofensa. Al principio se evadía de estos sentimientos negativos hacia la grandiosidad. Se sentía como "la pequeña amada de Jesús". No tenía que afrontar sus emociones y pasiones. En cierto modo, celebraba sus debilidades y se hacía pequeña como una niña. Pero era una niña inmadura, que se sentía especial.
Con el correr de la vida conventual encuentra finalmente otro camino. Acepta su impotencia, su susceptibilidad, su desamparo, su enfado, su angustia y los presenta a Dios. Ha descubierto una imagen del amor de Dios que la ayuda: el agua busca siempre el punto más bajo. Ella hace fluir ahora el amor de Dios hasta sus sentimientos dolorosos, con lo que quedan transformados. No se siente fracasada cuando reacciona con susceptibilidad, sino que presenta a Dios esa reacción susceptible y el dolor con que siente las heridas y hace que el amor de Dios inunde el fondo de su alma. Esa afluencia del amor de Dios a sus emociones y pensamientos transforma los sentimientos. Ahora no se siente ya sola, herida, abandonada, ridiculizada, rechazada, sino que acepta todos esos sentimientos, que se convierten en pórtico de entrada para el amor de Dios, que a través de ellos va a inundar hasta lo más hondo de su alma transformando su estado de ánimo interior. En medio del dolor siente también la dicha de ser amada.
La humildad es para ella el valor de abrirse al amor de Dios. Eso permite al mismo tiempo verse tan débil y deficiente como realmente es uno. Teresa puede contemplar su caos emocional, sus pasiones, sus necesidades infantiles. Pero no se acusa ya por ello, sino que hace fluir el amor de Dios a todas sus necesidades, pasiones y emociones. No se condena ya por sus debilidades, sino que justamente las pone al descubierto.
Con cada debilidad descubierta se abre una compuerta en su alma para que fluya el amor de Dios.
"Cada nueva debilidad descubierta permite el acceso a un valle más hondo y todavía desconocido de su propia alma, que el amor de Dios puede inundar como una corriente de agua".
Y eso lleva a transformar las emociones en gratitud, amor y gozo.